martes, 3 de enero de 2012

“Planificación familiar” no es lo mismo a usar condón o a provocarse el aborto.

Ahora más que nunca se habla mucho de la “planificación familiar”. Y claro, es un tema que a todos nos atañe. Pero no podemos deslinar este tema con una serie de conceptos reales. Digo esto porque, en estos últimos años se ha tratado de solapar el sentido profundo de la palabra. Estos nuevos términos se han creado para engañar a las personas, alguno con motivos meramente económicos, que son estrategias de marketing, y otros, simplemente, para hacer creer a las personas que en realidad no se trata de una cosa grave. A continuación haré un lista de las palabras que se están dejando de usar, porque la gente las llama con otro nombre:

·      Aborto: la llaman interrupción de un embarazo.
·      Anticoncepción: salud reproductiva.
·      Matrimonio: pareja o compañero.
·      Masturbación: aprender a quererse.
·      Desviación sexual: opción de género.
·      Relación homosexual: placer sin riesgo.
·      Pareja gay: sociedades de convivencia.
·      Repartir condón: ecuación sexual.
·      Pederasta: Adulto con insatisfacción.
·      Eutanasia: Caridad y solidaridad.
·      Feto: producto no deseado.
·      Maternidad: maternazgo.


Si bien es cierto, como ya lo había dicho, la “planificación familiar” es muy importante, pero no podemos afrentarla con métodos que atentan contra la vida, ni contra la dignidad de las persona. Es muy cierto que necesitamos inculcar una cultura en este tema, pero más necesitamos inculcarla de modo correcto y positivo.


Solo por poner un ejemplo, cómo racionaría la gente si se le dijese: el mayor acto de misericordia que puede practicar una familia grande hacia un recién nacido es matarlo (lo dijo Margaret Sanger en los años 50s. Ellas fue una de las iniciadoras del movimiento feminista). Ahora, en estos tiempos, yo estoy seguro que la inmensa mayoría de las personas no lo aprobarían, en cambio, en la realidad, se sigue proponiendo este pensamiento, sólo que ahora lo hacen con otras palabras, palabras que cubren el sentido profundo del acto. No podemos ejercer la planificación familiar con el simple hecho de decir: debes tener sexo seguro, ni mucho menos aprobando leyes a favor del aborto

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