Leyendo el periódico italiano “Il Corrieredella Sera” miré el artículo que nos habla de dos hermanas gemelas brasileñas que se harán una cirugía plástica en los senos, impidiéndoles participar en los juegos olímpicos en Londres del 2012. Me llamó la atención que dos jóvenes de veinticuatro años con un grande historial deportivo quieren dejar todo por el simple hecho de hacerse una cirugía plástica con el fin de aumentar el volumen de sus senos.

Quisiera citar a un moralista Mons Elio Sgreccia con la finalidad que nos ayude a valorar cuándo puede ser licita y cuando es ilícita: “El principio de vida física de la persona comporta la obligación consiguiente de la “no disponibilidad” del propio cuerpo, sino es para un bien mayor del cuerpo mismo (principio de totalidad) o para un bien mayor, moral, superior, relativo a la misma persona. En nuestro caso, el principio de la totalidad o terapéutico justifica por sí solo la licitud de los transplantes autólogos incluso de carácter estético correctivo” (manual debioética). Teniendo en cuenta la postura de Sgreccia, se debe considerar los riesgos que contraen. Que los motivos sean razonables y proporcionados. Desde el punto de vista de la intencionalidad que no sea solamente un deseo desmedido de la figura externa, la vanidad o simplemente dejarse arrastrar por la moda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario